“La salud mental se encuentra afectada a nivel global y, por supuesto, también en Chile. Los factores son múltiples y, la mayoría de ellos, conocidos, como la pandemia con sus cuarentenas, pérdida de seres queridos y conocidos, o el desapego creciente a lo que llamamos “sociedad”, por desconfianza hacia la política, sensación de inseguridad ciudadana, económica y otros. Tal vez por lo mismo, se ha vuelto cada vez relevante la preocupación por cuidarse y, por lo tanto, la salud en general y la salud mental en particular”, explica Marcela Pérez de Arce, socióloga y directora de estudios en La Vulca.
De acuerdo con la medición más reciente de la Chilenografía, un 65% de los chilenos señala que la salud mental influye con fuerza en su bienestar personal, en primer lugar, frente a otros factores. Al respecto, un 56% se declara satisfecho con esta arista de su vida.
Al segmentar esta información, encontramos que las mujeres tienden a dar más importancia a la salud mental que los hombres, con un 67% destacando su relevancia para el bienestar personal, frente a un 63% de hombres.
Esto último se alinea con la mayor la afectación emocional, laboral y económica que tuvo la pandemia en la mujeres chilenas, según un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago. Este asegura que la tristeza e incertidumbre son mucho mayores en las mujeres; asimismo, señala siguen estando en desventaja laboral: 20% tuvo que dejar su empleo en pandemia y aunque hubo una recuperación, 40% está fuera del mercado laboral versus un 24% de los hombres. Esto contrasta con la gran importancia que tiene el trabajo para las mujeres, dado el alto porcentaje que es jefa de hogar.
La influencia de la salud mental también se siente a nivel regional. Según la Americanografía, que recoge indicadores anuales en Chile y 8 países, un 58% de los latinoamericanos considera que la salud mental es la dimensión más importante para su bienestar personal, superando a la salud física (52%) y los proyectos personales (46%).
“Además de todos los eventos que han generado afectación en nuestras vidas cotidianas en los últimos años, tanto en lo nacional como en lo internacional, existen tendencias que se relacionan con poner al centro la salud mental. Por una parte, hay una visión más cortoplacista y menos gregaria en nuestra sociedad, en la que el bienestar personal toma protagonismo.
Y es que, más que postergarnos o hacer sacrificios por tener cosas a futuro, aspiramos a sentirnos bien ahora: queremos estar bien mientras podamos. En este marco, los pasatiempos, los juegos, los deportes, las experiencias como los recitales, etc. se convierten en temas importantes y no excepcionales en la vida, ya que son ventanas de bienestar mental”, explica José Miguel Ventura, socio fundador de La Vulca.
Chilenos en estado de ansiedad
Más de la mitad de las y los chilenos declaran sentir ansiedad en 2024. Un porcentaje alto que es aún más alarmante al observar la tendencia desde noviembre de 2020 hasta la actualidad: La tasa no baja del 50% y se mantiene en su nivel más alto hasta ahora.
Lo mismo pasa con la sensación de “estar en modo supervivencia”. Más de la mitad de los chilenos se siente así, y esta cifra se mantiene sobre el 50% desde 2020.
“La afectación de la salud mental es una tendencia preocupante en nuestra sociedad. Podemos verlo en los datos: Esta es una realidad evidente para más de la mitad de la gente común y corriente, ya no sólo para los expertos que hacen estudios sobre estos temas. La gente se siente afectada y lo declara: es un fenómeno visible para la mayoría”, explica la directora del estudio.
“En este contexto, un dato esperable y al mismo tiempo muy preocupante, es que la afectación de la salud mental hace crisis sobre todo en la gente más joven, es decir, una población especialmente vulnerable”, explica Pérez de Arce.
Al respecto, el 64% de los Gen Z en Chile declararon en agosto que la salud mental es central en su bienestar. Esto es relevante, ya que fuentes como el GEN Z Report aseguran que, aunque se trata de personas más abiertas y proactivas en temas de salud, también se trata de la generación más propensa a problemas de salud mental, comparada con las que le preceden.
“Esto refleja un cambio intergeneracional donde los jóvenes ahora priorizan más su bienestar emocional en comparación con generaciones anteriores, que solían enfocarse más en aspectos materiales o físicos”, agrega.
Una realidad ineludible: los datos no sólo revelan que la salud mental es un pilar crucial para el bienestar de los chilenos, sino que la satisfacción que sentimos con este factor es menor que la importancia que le damos. Esto es especialmente claro al observar que las cifras de ansiedad y de estar en «modo supervivencia» permanecen altas y afectan especialmente a las nuevas generaciones. Una señal de que necesario abordar estos problemas de manera integral y ponerlos al centro de la agenda pública.
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