Cuando hablamos de elegir o no una marca, la predilección por aquellas que se alinean con nuestros valores y la intención de rechazar aquellas cuya razón de ser es únicamente vender, es tendencia.
Lo que escogemos es parte de lo que somos. No queremos sentir que estamos solo consumiendo, sino que estamos ayudando a mejorar el mundo a través de la elección; si bien, estas afirmaciones son recogidas a nivel global, podemos aseverar que Chile está en línea con este cambio de paradigma.
Hace poco fuimos invitados por Icare para analizar las señales que el marketing debe considerar en 2023. Presentamos 12 tendencias, resultantes de un estudio de la Chilenografía, con más de 9 mil encuestas locales.
Estas tendencias convergen en que las empresas y marcas están llamadas a contribuir en la reducción de la brecha entre el Chile que vivimos hoy y el que quieren las personas.
Algunos datos: En un contexto de crisis identitaria, donde 82% de los chilenos siente que la resistencia a lo colectivo marcará su presente y futuro, 58% cree las marcas pueden generar un vínculo real con la comunidad.
En un Chile donde el 93% de las personas piensa que el placer debe ser inmediato porque el futuro es incierto, 45% declara que las marcas pueden aportar a su felicidad; donde 37% de las personas cree que el futuro será peor, un 65% cree que las marcas pueden cambiar las cosas para bien; donde 93% piensa que las marcas deben protagonizar el cuidado del medio ambiente, un 48% piensa que no existen marcas que lo hagan.
Las personas ya no compran lo que hacemos, sino cómo y por qué lo hacemos. Un reflejo fiel es la alimentación y cuánto nos importa la cadena de producción, origen e impacto en nuestro cuerpo de lo que llevamos a la mesa. Basta señalar que 71% de los chilenos declara que esta tendencia modificará su vida en los próximos años.
Básicamente, el imperativo es “haz sustentable mi mundo privado y el que me rodea, yo haré sostenible tu marca”.
Frente a esto, ¿cuál es el rol del propósito de marca y por qué estas empresas corren con ventaja?
El propósito de marca es la razón de ser. Sin perjuicio de la sostenibilidad económica, el interés de una marca con propósito es ser parte de algo más grande que el producto o servicio: aportar a la sociedad, al mundo.
Esta carga valórica -que permea la publicidad, venta y postventa-, es información indispensable para que los consumidores evalúen su propia adherencia y lealtad. Los valores nos conectan a nivel íntimo, porque son distintivos e inherentes a la experiencia humana.
Nos importa conectar. Nos importa que nos diferencien, que nos piensen y nos piensen bien, especialmente en un contexto de desconfianza, donde la sobreoferta de productos y servicios es tendencia.
Por supuesto, para que esto funcione, debe ser honesto. Como muy bien señalaba Sebastián Arias, CEO de Banca Ética en el citado evento de Icare: “Un banco no es sustentable por las luces LED de sus sucursales o la disminución de papel de sus cartolas, si no por lo que financia. Esa es su verdad.”
Especialmente en un mundo digitalizado, con nuevas exigencias personales y ciudadanas, en dónde observamos y “fiscalizamos” constantemente a marcas e instituciones, la honestidad no es una opción. Esto, afortunadamente, colabora con diferenciar a quienes se revisten de discursos distractivos y acciones cosméticas bien intencionadas, de quienes corren con justa ventaja en la mente del consumidor: marcas que se hacen cargo de entender a las personas, para poner esfuerzos en revertir las tendencias que, hoy, no nos aportan felicidad.
Fuente: Diario La Tercera
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