El domingo 7 de mayo se vivieron en Chile los comicios para definir a las 50 personas que conformarán el Consejo Constitucional, órgano encargado de discutir y aprobar la nueva propuesta de Constitución Política de la República, que está siendo redactada por una comisión electa por el Congreso.
Este importante proceso político, partió con el plebiscito de entrada en octubre de 2020 y ha estado marcada por varias elecciones sucesivas, como la elección Presidencial, la elección de Constituyentes, y el plebiscito de salida que resultó en el rechazo del borrador redactado por la Asamblea Constituyente, en septiembre de 2022.
El plebiscito constitucional de mayo, otorgó una marcada victoria a la derecha, con un 56,5% (un 35,5% de la extrema derecha del Partido Republicano y un 21% de Chile Seguro) de un total de 12.483.719 personas, según el último cómputo del Servel. La tercera mayoría no la obtuvo ninguna lista, sino el voto Nulo, que alcanzó la cifra de 2.119.488.
Ya sea que influya la obligatoriedad del voto, la numerosa actividad política de los últimos años, la desinformación u otros elementos contextuales, ¿Cómo nos sentimos, como sociedad, en el marco de este proceso?
Lejanos. Más de la mitad de los chilenos se siente ajeno o espectador de los cambios del país.
Así lo señala la Chilenografía, estudio estadístico mensual que se aplica a mil personas desde noviembre de 2020. El estudio es realizado por la consultora de marketing La Vulca con el apoyo de la Facultad de Matemáticas de la UC, y busca entender a las personas a través de sus relaciones interpersonales, con el entorno, marcas e instituciones.
De acuerdo con la medición de abril de 2023, frente a la pregunta “¿Cómo te sientes frente a los cambios que se están viviendo en nuestro país?” sólo un 8% de los chilenos se siente protagonista de los cambios, 31% se siente parte de los cambios, pero no protagonista de ellos; 36% se siente sólo espectador o espectadora de los cambios y 25% no se siente parte de los cambios de ningún modo.
“Esta percepción de distancia frente a los cambios sociales ya es una tendencia. Vale mencionar que la suma de personas que se siente parte de los cambios sociales al comienzo del proceso constituyente (noviembre 2020) alcanzaba un 63%; 54% en 2021; 42% en 2022; y en lo que va de 2023, 39%”, indica Marcela Pérez de Arce, socióloga y líder del estudio.
Por otra parte, existe una visión pesimista respecto de cómo somos como sociedad:
“Cuando preguntamos, ¿somos así los chilenos?, los atributos que lideran con respuestas afirmativas son los siguientes: consumistas (85%), clasistas, (82%) aperrados y machistas (ambos con un 77%), por lo que nuestra percepción de nosotros mismos es más bien negativa. Lo mismo pasa con la percepción de la empatía; si bien, cerca de la mitad de los chilenos considera que las personas de su entorno cercano son empáticas (familia, amigos), apenas 1 de cada 10 personas cree que la sociedad chilena lo es”, explica la experta.
El estudio estadístico también consulta respecto de diversas dimensiones sociales que contribuyen al bienestar personal. Al respecto, 50% de los chilenos se declara satisfecho con el grado de libertad que percibe; 38% se declara satisfecho con su desarrollo o realización personal, cultural y socialmente; 37% está satisfecho con la igualdad; 28% se declara satisfecho con la Paz; y 23% está satisfecho con la Justicia. Todas estas cifras aumentaron respecto del mes de marzo, pero en el caso de la solidaridad, la satisfacción baja de un 42% en marzo a un 40% en abril.
“A la mirada crítica que tenemos los chilenos sobre los propios chilenos, se suma la desconfianza generalizada que se ha instalado en los últimos años. No confiamos en los demás, no confiamos en las instituciones, no confiamos en el futuro. De hecho, en el mes de abril, 69% de los chilenos se declara preocupado por el futuro, 63% señala que no tiene claro en quién puede confiar hoy y un 58% se declara ansioso. Un escenario complejo y muy vinculado a las tendencias que han derivado de los hitos sociales, económicos y sanitarios que vivimos recientemente”, explica la especialista.
La sensación de distancia frente a los cambios sociales (61% no se siente parte o sólo espectador de ellos), la desazón frente a nuestra propia sociedad, la preocupación y desconfianza imperantes, sin duda son contribuyentes a un escenario de participación política descomprometida.
No explican en si mismos que cerca de 1 de cada 5 electores anulara su voto, pero forman parte de un fenómeno al que se suma el cansancio frente a los procesos electorales, la desinformación, la obligatoriedad y las urgencias del espacio personal en un contexto inflacionario e incierto.